Cómo trabajar la adicción a las tecnologías, en niños mayores y adolescentes

Cómo trabajar la adicción a las tecnologías, en niños mayores y adolescentes

En el presente artículo veremos una serie de pautas y consejos para lidiar con uno de los problemas más frecuentes en la actualidad entre los niños y jóvenes: el uso excesivo de las tecnologías. Las tecnologías son nuestras aliadas, pero solamente si aprendemos a utilizarlas bien.

INTRODUCCIÓN

La adicción a las tecnologías es una realidad que los psicólogos vemos muy frecuentemente en nuestro trabajo con niños y adolescentes. La gran variedad de tecnologías y contenidos de Internet, pueden apartarlos de muchas experiencias satisfactorias de la vida, además de quitarles tiempo para otras actividades importantes. Es una realidad que debe controlarse, pues las tecnologías, utilizadas con cabeza y responsabilidad, son nuestras aliadas. Y para ello, os propongo una serie de pautas y consejos. Esto es una guía breve para PADRES:


INFÓRMATE Y CONOCE

Puede dar pereza, lo entiendo. Pero es recomendable conocer de una forma más o menos profunda los recursos que están utilizando los hijos. No podemos dejarles toda la responsabilidad de utilizar Internet correctamente, dando por hecho que lo sabrán hacer bien… y después castigarles cuando lo hayan hecho mal. Hay que ayudarles. Lo bueno es que existen hoy en día muchas guías y manuales con la información necesaria.

Informaros respondiendo a preguntas como éstas: ¿En qué consiste esta aplicación, página web o red social? ¿Cuál es su funcionamiento? ¿Qué tipo de contenido se muestra y ve mi hijo/a? ¿Cuál quiere aportar mi hijo/a? ¿Para qué edad es apto? ¿Qué peligros existen? ¿Qué cosas se aprenden? ¿Qué tipo de relaciones se pueden crear? ¿Cómo puedo cuidar la privacidad lo máximo posible? Etc.


AYÚDATE DE LAS RECOMPENSAS

Son útiles en todas las edades, pero en especial para los niños más pequeños, que no son capaces de entender todavía bien ciertos argumentos y reflexiones. Con los niños más mayores, se puede hacer uso de ambas cosas.

Pueden ser muy útiles en el proceso de poner límites (son todo aquello que no pueden hacer, o que pueden hacer bajo ciertas condiciones), para aportarles la motivación que les falta a la hora de cumplirlos. Y si lo hacen, también sirven para premiarles por una obediencia que les ha costado un sacrificio. Puedes hacerte una idea del funcionamiento de las recompensas en este enlace.

Pero no pienses en recompensas de pago (juguetes, compras…), pues son las que menos quiero que utilices. Hay otros muchos ejemplos como: hacerles su comida preferida, llevarles al cine o de excursión, pasar la tarde jugando con ellos a su juego preferido, dedicarles frases bonitas y elogios, darles un abrazo, etc. El uso de recompensas (siempre que funcionen por sí mismas) es mejor alternativa que el uso de castigos e imposiciones, que además de frustrarles y dañarles emocionalmente si se usan continuadamente, en numerosas ocasiones no son necesarios.


ESTABLECER LOS LÍMITES: NEGOCIABLES E INNEGOCIABLES

Es importante establecer límites o normas de uso de las tecnologías (Redes sociales, Youtube, Internet en general, Videoconsolas, Ordenador, etc.). En este punto explicaremos cómo establecer normas “negociables” (consensuadas), e “innegociables” (prohibiciones unilaterales).

Para ello, introducirás ambos tipos de límites en un folio, que tu hijo decorará a su gusto con toda la creatividad que desee. Se puede colgar o pegar el folio en una zona visible de la casa, para acudir a él cuando surjan dudas, problemas o quejas.

PUNTO 1: ESCRIBIR LOS LÍMITES NEGOCIABLES

Este punto debe hacerse en colaboración con el hijo (¿negociables, recuerdas?). Debéis incluir normas como:

  • Lo que puede usar (juegos, redes sociales, móvil…)
  • Cuándo lo puede usar (por la mañana, tarde, antes de dormir…)
  • Durante cuánto tiempo (número de minutos u horas)
  • De qué manera y cualquier otro punto de interés.

¿Qué ventajas tiene estructurar de esta forma el uso de tecnologías?: pues se logra que el niño tenga una rutina similar cada día (no cambiante ni caótica) y de esta forma se organizará mejor con el resto de sus actividades diarias sin dejarse ninguna. Su vida estará más organizada y sufrirá por tanto menos frustración y ansiedad, falta de tiempo, etc. No tendrá tantos cambios de humor ni rabietas una vez se acostumbre a la nueva rutina. Es cuestión de tiempo y paciencia, pero con constancia todo llega.

¿Por qué negociar con los hijos?

Se debe llegar a un punto medio o un acuerdo que beneficie a todos, a la hora de introducir las normas negociables en el folio. Ambas partes tendrán que ceder en algo, pero todos ganarán. ¿Por qué negociar?

  • El hijo aprende comunicación, respeto de turnos, tolerancia a la frustración, empatía, paciencia, y otras variables que necesitará para funcionar correctamente cuando se haga más mayor.
  • El hijo sentirá que su opinión importa, más aún cuando se están tomando decisiones sobre SU vida.

Todas las partes deben ser muy flexibles y olvidar toda rigidez, para negociar correctamente y no caer en la discusión. Si los padres o hijos tienen una actitud dictatorial y poco empática, no acabará bien y volverá el caos de antes.

Podría ser útil añadir las firmas de todos los miembros de la familia en el folio, para que los hijos tomen más consciencia de lo que han firmado. Ambas partes deben estar abiertas a realizar cambios en lo escrito en el folio, siempre que estén argumentados y sean lógicos. La comunicación es la clave.

PUNTO 2: ESCRIBIR LOS LÍMITES INNEGOCIABLES

Los padres deben añadir en el mismo folio, aquellas normas innegociables (sin la participación del hijo). Aunque son normas que no admiten negociación debido a su especial importancia, es necesario explicarles bien todo y lograr que lo entiendan. La comunicación (apartado siguiente) es muy importante. No hay que abusar de estos límites, pero se hacen necesarios por el bienestar del hijo.

Ejemplos de normas innegociables: que se utilicen tecnologías…

  • Durante los deberes o el estudio: si el estudio durara mucho tiempo, más adelante daré algunos consejos para poder incluir el móvil de forma más adecuada en el proceso.
  • Perjudicando las actividades esenciales: comer bien, dormir bien, realizar ejercicio físico, etc. El uso de tecnologías no debe perjudicar las áreas básicas del bienestar y salud de los hijos.
  • Cuando haya invitados o visitas importantes en casa, para prestarles la atención que merecen.
  • Por la calle (debido a los peligros de sufrir atropellos, choques, robos, etc.)
  • Cuando haya que hablar o discutir un tema muy importante en la familia.
  • Etc. Que cada familia añada los suyos.

No hay que abusar. Y hay que hacerlo con empatía hacia el hijo y poniéndonos en su lugar.

No hace falta decir, que deberían incluirse en el listado todos aquellos contenidos que por edad no están aconsejados (por ejemplo, un niño pequeño iniciándose en redes sociales). Más adelante comento algunos consejos sobre cómo limitar el uso de tecnologías durante el estudio y por la calle, en caso de no querer o poder prohibir completamente su uso.


CÓMO COMUNICARSE Y NEGOCIAR CON ÉXITO CON LOS HIJOS

Algunos trucos básicos breves:

  • Deja participar a tu hijo en las decisiones. Posiblemente quiera proponer o hacer cambios en las normas. Escúchale, y si tiene lógica su petición, plantéate incorporarla.
  • No abuses en imponer obediencia, el famoso “debes obedecerme porque soy tu padre/madre”. Intenta por todos los medios conversar y negociar antes de llegar a eso.
  • Aunque seas firme en la decisión final, eres cálido en la comunicación.
  • Favorece que los hijos pregunten y opinen. Y que expresen su disconformidad. Explícales lo que no entiendan con amabilidad. Muchas veces te sorprenderá la madurez que tienen si les hablas con cariño y les explicas.
  • Favorece un clima de comunicación y respeto que ellos admiren, agradezcan y quieran imitar en un futuro con sus hijos y amigos.
  • Evita hacer uso del castigo físico, gritos, faltas de respeto, etc. No debemos enseñarles lo que no queremos que hagan de mayores. Y deben respetarnos, no tenernos miedo.

En cuanto al tono, sobre todo si vamos a proponer una norma algo dura, puede ayudar utilizar un enfoque más empático, cálido, de preocupación: empezar con un “me preocupa que…” “me asusta que…”, en vez de un enfoque más agresivo: “debes…” “quieras o no, tienes que…”. El hijo debe empatizar con nosotros, o esto no funcionará. Se deben aplicar límites de forma FIRME pero CÁLIDA.


DAR EJEMPLO

¿Por qué no cumplir con (casi) lo mismo que les exigimos a ellos, para que ellos vean que se puede lograr y que empatizamos con ellos? Si los padres no siguen aquello que exigen, los hijos no verán la importancia de obedecer, o lo verán injusto. Ideas:

  • En las horas que esté prohibido el móvil, que esté prohibido para todos los miembros.
  • Si solo se puede usar la tecnología unas horas determinadas, hay que demostrarle que también nosotros podemos vivir sin estar tantas horas conectados.
  • Si le aconsejamos que las use con fines educativos, nosotros podemos enseñarle qué páginas usamos para aprender cosas, para estar informados, y cómo utilizamos las tecnologías para facilitarnos la vida. Les dará ideas.
  • Podemos mostrarles formas de divertirnos que no requieren tecnologías, para que vean que se puede y existen.

ALGUNOS TRUCOS PRÁCTICOS DE USO

Es inevitable que los niños y jóvenes quieran llevar consigo las tecnologías a todas partes. Y utilizarlas mientras van por la calle, estudian, etc. Por ello, si no hay forma de evitarlo, pues no nos hacen caso, por lo menos podemos darles unas ideas para hacerlo bien y de forma más adecuada:

MIENTRAS SE ESTUDIA

  • Puede consultarse el móvil cada media hora, sólo para mirar si hubiera algún mensaje importante. Con una rapidísima mirada puede uno ver por encima los chats y grupos que han escrito, y hacerse una idea de si serán importantes o no.
  • Si ocurre algo grave, las personas suelen llamar en vez de enviar mensajes. Por ello, otra idea sería dejar las llamadas activadas, pero los mensajes silenciados.
  • Se puede dejar el móvil en la cama (o un lugar más lejano) mientras se está en el escritorio, de forma que no lo tenga tan a mano y le dé más pereza levantarse a mirarlo.
  • En las redes sociales nunca suele pasar nada urgente. Pueden mirarse al acabar de estudiar.
  • Si se usa ordenador y éste no es necesario para el estudio, puede irse a otra habitación. O se puede desenchufar el ordenador de la luz y darle el cable a los padres (ambos deben querer).

POR LA CALLE

  • Si es un trayecto corto, puede esperarse a llegar al destino para revisar si tiene mensajes o utilizar el móvil. Pues si el trayecto es corto, no habrá nada urgente posiblemente. Y si lo hay, llamarán en vez de enviar mensajes.
  • Si es un trayecto largo o debe atender algo urgente, o bien mirar el móvil “porque sí, porque le apetece”, tendrá que pararse en un lugar seguro para hacerlo, pero nunca mientras se camina ni estando rodeado de muchas personas. Por ejemplo, se puede mirar bajo la fachada de un local.

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